viernes, 11 de abril de 2008

.La carrera.


.Cuando tenía ocho años un niño de educación especial me besó a la fuerza. Totalmente en contra de mi volutad, el niño cruzó la barrera más importante de dignidad de aquél tiempo. Fue una de las peores experiencias de mi niñez. Eran las tres de la tarde y tocó el timbre de salida. Salí del salón y caminando hacia afuera, el nene me hace señas como de querer darme un beso. Mi cabeza se movió de izquierda a derecha, como diciéndole "no, gracias". En cámara lenta, el nene se dispuso a darme el beso. Tiré mi bulto al piso, y empezó la carrera. Corrí. Corrí mucho. El niño detrás de mí corría más rápido. Era mayor que yo, mucho más grande en estatura y mucho más fuerte. Corrí. Me cansé y fue ahí donde me agarró por el abrigo, me dió la vuelta y me besó. Me dió uno de esos besos apretados, de esos que duran más de lo normal. Cuando terminó, callada, pasé la mano por mi boca como quitándome los resto de saliva ajena. Lloré mucho. Ahora pienso que en realidad no era para tanto.

miércoles, 9 de abril de 2008

La Sombrilla Amarilla

Había una vez una niña que cada vez que llovía se enfermaba. La madre, la abuela y las tías le decían a la pequeña Raquelita que cuando llueva se tape con su sombrilla amarilla y así no se enfermaría. Ella lo hacía y lo hacía pero se seguía enfermando.
La pobre Raquelita no sabía que más hacer, llevaba años tapándose con la sombrilla amarilla hasta que un día mientras estaba enferma en su cama, escucho un estornudo en su cuarto. Un poco confusa se levantó de su cama y fue a investigar. Se repitió el estornudo y curiosamente había sido la sombrilla amarilla, le pregunto cariñosamente a la sombrilla "¿Estas enfermita?"
La sombrilla contestó "Cada vez que me mojo con la lluvia me da catarro. Nunca me había atrevido a decírtelo pues no quiero que me eches a la basura."
Raquelita que ya tenía once añitos le respondió muy molesta "Eres una sombrilla malvada, llevas años pegándome tu estúpido catarro y yo nunca puedo jugar con mis amigos. Te odio y ahora mismo te voy a echar en la basura de cabeza."
Y así mismito fue, la pobre sombrilla murió de pulmonía en un vertedero. Raquelita le dijo a la mamá que había perdido la sombrilla amarilla y rápidamente le compraron una verde. La sombrilla verde no hablaba y mucho menos se enfermaba. Era una sombrilla perfecta para no enfermarse en la lluvia. Sin embargo, Raquelita trataba de hablar con la sombrilla verde pero esa, no le contestaba. Recordaba los consejos que le daba la sombrilla amarilla y sonreía al pensar en haber tenido una compañera tan fiel.
Nunca más se volvió a enfermar Raquelita pero constantemente pensaba en la sombrilla amarilla y en la muerte fría y solitaria que ella misma le condenó.

lunes, 7 de abril de 2008


.Mi hermanita y yo siempre fuimos compinches. Nuestros juegos consistían desde sacar todos los trastes de juguete que teníamos y organizarlos por colores, luego volverlos a guardar, hasta jugar a que éramos gimnastas. Pero el juego más divertido de todos era sin lugar a dudas nuestra emisora de radio: WUELTCPO, en Cadena con ULTC-otro (Doble ú, uélete ese peo; uélete ese otro). El juego consistía en lo siguiente: robarnos el mega radio último modelo de nuestra hermana mayor (radio que NO prestaba nunca) y encerrarnos en alguno de los cuartos. Yo siempre era la locutora y mi hermanita era todos invitados. Juntas escribíamos y cantábamos los anuncios: Adobo Goya, crema para las manos Lubriderm, Cursillos de Cristiandad, Cassettes TDK, etc. Luego de varias entrevistas, venía la radionovela 'Mariquita la del Campo'. Nunca editábamos nada, de modo que se escuchan las paveras exagerás y el correcorre de recoger todo y esconder el radio cuando nuestra hermana mayor llegaba a la casa sin avidar. Existe un sólo cassette de nuestra emisora, y lo guardo como un tesoro.


Alguna vez tuve mi obsesión con el ruido de la lluvia, una figura geométrica, la voz de mi abuelita, los diarios de mi hermano, la parte de atrás de un retrato, el cuello de una mujer, los chocolates en bolsa amarilla, hablar por teléfono después de la escuela y la cartera de mi madre. Camino en voz alta, me han quitado hasta el aire y nunca duermo bien en nochebuena. He mentido casi tanto como me han decepcionado.

Usualmente no pago antes de salir.

domingo, 6 de abril de 2008

.Los pájaros.



.Mis padres nos compraron unos pajaritos de colores a mis hermanas y a mí. Yo pasaba ratos largos mirando y hablando con los pajaritos. Un día los pajaritos desaparecieron. Todo apunta a que abrí la jaulita y los dejé que se fueran volando. Yo, honestamente no recuerdo. Al parecer lo bloquié, porque no recuerdo haber abierto la jaula nunca. Mi papá todavía cuenta la historia entre risas: "... encontré la jaula abierta, y el bobo de Lorraine justo al lado, puesto sobre la mesa ..."

Hoy conocí a alguien

Y ocurre casi todos los días, por mucho y por poco, bajo la nube gris de algún golpe bajo o desafortunadamente durante algunas madrugadas que uno apenas recuerda. No es tanto una queja como lo es una inquietud. Conozco y conocemos personas con una frecuencia alertante. Debería ser más mencionado.

La gente se repite una y otra vez. Llevan las cabezas ocupadas aún siendo calvos. Escuchan mientras se escuchan, sienten todo cuanto sea menos conveniente. Y así son felices. Los ves, no los ves. Ahora sí.

Ahora no.